Ante una ola de calor, toda prevención es poca.
Adoptar medidas de prevención frente a la ola de calor evita graves problemas de salud
La Federación de Usuarios Consumidores Independientes, FUCI, ha puesto en marcha una nueva campaña para concienciar a la ciudadanía en general de los problemas causados por una ola de calor.
Por este motivo, la Federación de Usuarios-Consumidores Independientes, a través de las asociaciones federadas, va a realizar una campaña de concienciación para evitar los problemas que puede generar una ola de calor. Cuando las temperaturas son anormalmente altas durante un par de días, el calor excesivo puede ser un peligro para la salud. Las temperaturas muy extremas y el exceso de calor producen una pérdida de líquidos y de sales minerales necesarios para el organismo.
Aunque las previsiones que realizan los meteorólogos advierten de la llegada de una ola de calor, la realidad es que solo se puede pronosticar con exactitud cuatro o cinco días antes de que suceda. Por este motivo, es conveniente saber, antes de que sea demasiado tarde, qué recomendaciones hay que seguir para evitar lipotimias, mareos y casos de deshidratación, que se pueden agravar hasta provocar golpes de calor.
Además, hay que extremar el cuidado en personas más susceptibles a sus efectos, como los mayores, los niños pequeños y quienes sufren enfermedades crónicas, que deben tomar precauciones específicas.
¿Cuáles son los síntomas?
Existen síntomas que nos pueden alertar:
dolor de cabeza
temperatura muy alta
náuseas
sed intensa
convulsiones
somnolencia o pérdida del conocimiento
Desde FUCI aconsejamos:
En la calle:
Buscar la sombra.
Evitar salir a la calle de 12:00 a 16:00 horas.
Protegerse de la exposición directa al sol: hay que llevar siempre una gorra o sombrero, utilizar ropa ligera, de algodón y no ajustada.
Si es preciso salir en las horas de más calor, protéjase la piel del sol con un índice de protección solar mínimo de 15, que deberá aplicarse 30 minutos antes de salir.
Mojarse ligeramente la cara y la ropa.
Evitar dentro de lo posible la actividad física intensa durante las horas de más calor y aproveche las primeras horas de la mañana o al atardecer para practicar el deporte favorito.
Evitar los trayectos en coche durante las horas de más sol. En caso de estar estacionados, nadie debe quedarse en el coche cerrado, menos aún, ancianos, niños o enfermos crónicos.
Dentro de casa:
Cerrar las persianas cuando el sol incida de forma directa sobre la ventana.
Abrir las ventanas durante la noche.
Refrescar el ambiente con ventiladores y aire acondicionado, siempre y cuando se haga un uso racional del mismo. Cada grado que se baje la temperatura supone un incremento de consumo de energía del 7%.
Cuidado personal:
Aumentar la ingestión de líquidos (agua y zumos) aunque no tenga sed, con independencia de la actividad física que realice. Si sigue un tratamiento diurético o le han restringido la ingesta de líquidos, debe consultar al profesional sanitario qué cantidad de líquido puede beber durante los días más calurosos.
Evitar el consumo de bebidas alcohólicas y límite las que tienen cafeína o gran cantidad de azúcar, puesto que hacen perder más líquido corporal.
Asegurarse de que niños y ancianos beban abundantes líquidos.
Prescindir de las comidas calientes y con muchas calorías. Es preferible la alimentación a base de ensaladas, zumos caseros, verduras y fruta frescas, ya que ayudan a reponer las sales perdidas por el sudor corporal.